A 1Bat començam aquesta setmana a estudiar els tipus de mercat.
Google cambia su motor de búsqueda para evitar la multa de Bruselas
La autoridad europea de Competencia cazó en su día al gigante tecnológico de la década pasada, Microsoft, a quien impuso fuertes multas
y obligó a hacer notables modificaciones tras una larga y espinosa
batalla. Bruselas evita esta vez alargar el conflicto con el nuevo
coloso estadounidense de la tecnología: la Comisión anunció este
miércoles un principio de acuerdo con Google
para cerrar una investigación que se ha extendido durante más de tres
años por abuso de posición dominante en las búsquedas en internet en
Europa. No habrá multa. No habrá pliego de cargos ni batalla legal. El
vicepresidente de la Comisión, Joaquín Almunia,
se declaró “partidario de un acuerdo que evita un largo contencioso de
final incierto y en cambio garantiza cambios significativos en la forma
de operar de la compañía en Europa”. Google respiró con alivio, y sus
competidores reaccionaron con despecho: “Ese pacto es peor que nada”.
El cumplimiento por parte de Google de esos compromisos será
supervisado por un administrador independiente durante un plazo de cinco
años. Almunia tiene ahora que enviar cartas a los 18 denunciantes, y a
la espera de sus respuestas —que difícilmente modificarán la decisión
final—, el caso quedará definitivamente cerrado en apenas unos meses. La
decisión de Bruselas llega un año después de que las autoridades de EE
UU dieran el visto bueno al motor de búsqueda de Google, que salió de
esa investigación sin un rasguño. “Ninguna autoridad de competencia en
el mundo ha obtenido resultados parecidos a la Comisión”, presumió
Almunia.
Y sin embargo una sensación de alivio contenido se apoderó este miércoles de los cuarteles generales de Google tras el anuncio del preacuerdo. “Vamos a poner en marcha cambios significativos en la forma en la que operamos en Europa. Hemos estado trabajando con la Comisión Europea para abordar las cuestiones que se han planteado y esperamos resolver este asunto”, subrayó el Kent Walker, vicepresidente y responsable de asesoría jurídica de la compañía de Mountain View, en la única declaración pública de la empresa.
Aunque aún se desconocen los detalles sobre el impacto financiero que el preacuerdo pueda tener para Google, cabe esperar que se concentren sobre su división de tabletas y teléfonos inteligentes, en las que las búsquedas locales tienen mayor peso. El principio de acuerdo con el Ejecutivo comunitario no afecta, en cambio, a una de las claves de su modelo de negocio: la forma en que el algoritmo PageRank ordena los resultados de las búsquedas. Además, al sortear la multa, Google marca distancias con su competidor Microsoft, que acumula sanciones de la UE por valor de 2.200 millones en los 10 últimos años por negarse a eliminar trabas a la competencia, y posteriormente por incumplir sus compromisos.
La reacción de sus competidores contrasta con el perfil bajo por el que optó Google. La asociación FairSearch Europe —en torno a la que se reúnen compañías de la talla de Microsoft, TripAdvisor y Oracle— destacó que el preacuerdo puede elevar los costes de los competidores del gigante californiano “en vez de acabar con las prácticas contrarias a la competencia”. Icomp, otro grupo de interés patrocinado por Microsoft, considera que “sin la revisión de terceros” el vicepresidente Almunia se arriesga a “dejarse engañar” por Google. Más severa fue la Asociación de Editores de Prensa Europeos, que acusó al comisario de “legitimar el comportamiento anticompetitivo de Google”, con efectos “devastadores para el desarrollo de la prensa independiente y del conjunto de las industrias creativas europeas”.
El éxito de Google es de tal calibre que este no es, ni mucho menos, el único contencioso pendiente. El buscador se enfrenta a una multa de mil millones en Francia por evasión fiscal. Competencia tiene abierto otro caso por el abuso de posición dominante de su sistema operativo para móviles, Android. Y está en el punto de mira de la UE por causas relacionadas con la privacidad y la protección de los derechos de autor y de la propiedad intelectual.
La pregunta clave al iniciarse el caso era clara: ¿El dominio de Google va a ser menor tras el fallo de Competencia? El propio Almunia dejó entrever la respuesta: “La investigación ha examinado los abusos, no la posición dominante. Nadie discute que Google es dominante, pero eso se debe a la innovación de esa empresa y a su capacidad para responder a las demandas del mercado. Competencia actúa contra el abuso, no contra el dominio en sí”.
Tras varios tira y afloja, Google evitará la sanción —de hasta unos 5.000 millones de euros— y las acusaciones de trato discriminatorio a sus competidores.
El acuerdo llega después de que el grupo se viera obligado a presentar
una tercera propuesta —Bruselas rechazó las anteriores— con concesiones
adicionales: básicamente, Google acepta garantizar que cuando promocione
sus propios servicios especializados de búsqueda en su página web
(sobre hoteles o restaurantes, por ejemplo) también mostrará claramente
los servicios de tres rivales seleccionados por un método objetivo.
Google retirará también los requisitos de exclusividad de sus acuerdos
publicitarios, y eliminará restricciones para que las campañas de
publicidad puedan desarrollarse en plataformas rivales.
Y sin embargo una sensación de alivio contenido se apoderó este miércoles de los cuarteles generales de Google tras el anuncio del preacuerdo. “Vamos a poner en marcha cambios significativos en la forma en la que operamos en Europa. Hemos estado trabajando con la Comisión Europea para abordar las cuestiones que se han planteado y esperamos resolver este asunto”, subrayó el Kent Walker, vicepresidente y responsable de asesoría jurídica de la compañía de Mountain View, en la única declaración pública de la empresa.
Aunque aún se desconocen los detalles sobre el impacto financiero que el preacuerdo pueda tener para Google, cabe esperar que se concentren sobre su división de tabletas y teléfonos inteligentes, en las que las búsquedas locales tienen mayor peso. El principio de acuerdo con el Ejecutivo comunitario no afecta, en cambio, a una de las claves de su modelo de negocio: la forma en que el algoritmo PageRank ordena los resultados de las búsquedas. Además, al sortear la multa, Google marca distancias con su competidor Microsoft, que acumula sanciones de la UE por valor de 2.200 millones en los 10 últimos años por negarse a eliminar trabas a la competencia, y posteriormente por incumplir sus compromisos.
La reacción de sus competidores contrasta con el perfil bajo por el que optó Google. La asociación FairSearch Europe —en torno a la que se reúnen compañías de la talla de Microsoft, TripAdvisor y Oracle— destacó que el preacuerdo puede elevar los costes de los competidores del gigante californiano “en vez de acabar con las prácticas contrarias a la competencia”. Icomp, otro grupo de interés patrocinado por Microsoft, considera que “sin la revisión de terceros” el vicepresidente Almunia se arriesga a “dejarse engañar” por Google. Más severa fue la Asociación de Editores de Prensa Europeos, que acusó al comisario de “legitimar el comportamiento anticompetitivo de Google”, con efectos “devastadores para el desarrollo de la prensa independiente y del conjunto de las industrias creativas europeas”.
El éxito de Google es de tal calibre que este no es, ni mucho menos, el único contencioso pendiente. El buscador se enfrenta a una multa de mil millones en Francia por evasión fiscal. Competencia tiene abierto otro caso por el abuso de posición dominante de su sistema operativo para móviles, Android. Y está en el punto de mira de la UE por causas relacionadas con la privacidad y la protección de los derechos de autor y de la propiedad intelectual.
La pregunta clave al iniciarse el caso era clara: ¿El dominio de Google va a ser menor tras el fallo de Competencia? El propio Almunia dejó entrever la respuesta: “La investigación ha examinado los abusos, no la posición dominante. Nadie discute que Google es dominante, pero eso se debe a la innovación de esa empresa y a su capacidad para responder a las demandas del mercado. Competencia actúa contra el abuso, no contra el dominio en sí”.
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