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diumenge, 30 de novembre del 2014

TRÀMITS ADMINISTRATIUS A L´HORA DE CREAR UNA EMPRESA.

Aquesta setmana començarem a estudiar els tràmits administratius que suposa crear una empresa. Aquesta notícia ens ajudarà a iniciar el tema.

 

 

 Crear una empresa en Mallorca cuesta como mínimo 5.200 euros.

(Diario de Mallorca, 05/06/2013)


 A Eva no le caben las ideas en el cuerpo. En solo dos semanas se quedará sin trabajo y su mente es una olla a presión en la que se cuecen cincuenta proyectos distintos. Menos ideas en bruto tiene ya entre ceja y ceja Miguel Arriegui: seis meses de paro y un curso de gestión le han dado los ingredientes clave para afinar la receta que le conducirá al éxito empresarial. El potaje de ideas de Eva convertido por Miguel en aspiración de delicatesen. Aunque para ambos el plan es en esencia el mismo: en sus ilusiones bullen empresas. Empresas con todas las letras. Y en las dos grandes acepciones del término: en la clásica en esta crisis sin fin, la que alude al negocio y sus euros; y en la otra, la voz romántica con aroma añejo de la palabra empresa: el desafío. El dinero y el salto al vacío. El negocio y el reto. La aventura de reinventarse para salir del paro.
¿Pero cómo? Porque con los sueños se cocinan también dudas y miedos. ¿Cuánto va a costar? ¿Dónde voy? ¿Me juego el paro a un fracaso? "Hasta cuando duermes le das vueltas a eso. El dinero es en realidad la gran duda, por lo menos en mi caso. Asusta mucho", confiesa Miguel, ayer cocinero de hoteles ajenos, hoy formado en gestión de los propios y mañana hostelero con mando y pucheros en un restaurante "super innovador": el suyo. "Si va como está previsto, abriré en junio. Las cuentas dan", pronostica.
Pero no da detalles. Que en los negocios los euros que entran y salen son un asunto muy privado. Así que se le traslada la cuestión clave, la del parné y sus billetes, a quienes más saben de ella: asesores fiscales, Cámara de Comercio de Mallorca y, sobre todo, empresarios. Muchos empresarios: los asociados en la Confederación de Balears, la patronal CAEB, que ha hecho de la ayuda a nuevos inversores una de sus fortalezas. Entre unos y otros aportan datos que revelan que montar una empresa cuesta como mínimo 5.000 euros. ¿Muchos? Juzgue usted: estrenar negocio en la UE ronda los 520 euros de media.
Aunque hay muchos matices. Demasiados. Para empezar, esos 5.200 euros son el mínimo para montar la empresa a la que más se acude en Mallorca, la Sociedad Limitada (SL). Porque incluso con la crisis y sus apreturas campando a sus anchas, los baleares aún tuvieron arrestos para montar 7.023 sociedades limitadas desde el inicio del batacazo económico, allá por 2008. Todos ellos hicieron frente a esos más de 5.200 euros en gastos, cuya parte del león es inherente a la SL: para fundarla hace falta un capital inicial de 3.006 euros, del que luego se puede disponer, sí, pero para empezar hay que ponerlo en cuenta. Así que el coste de la empresa empieza en 3.006 euros. Y a partir de ahí solo sube, en doce pasos: los doce trámites burocráticos que hay que cumplir solo para abrir la puerta del negocio. Muchas colas y aún más impresos. "Es que ves la lista de todo lo que tienes que hacer y ya te dan ganas de dejarlo. Yo pensaba: quiero trabajar en lo mío y lo único que me dicen es que rellene un impreso tras otro", confiesa Victor Fernández, socio fundador de Landoq Technologies, una empresa joven dedicada al software que ya pasó el primer mal trago: el inaugural.
Burocracia y ventanilla única
Lo relativiza Juan Miguel Puigserver, asesor fiscal de una firma especializada en nuevas empresas, Puigserver y Romaguera: "Parece mucho lío y puede llegar a abrumar, pero en quince días tienes tu sociedad limitada en marcha. Y la mayoría de esa demora se debe a que hay que pedir el nombre al Registro en Madrid, y se hace por correo. Una vez que tienes el nombre son dos días. Y hay servicios como el de ventanilla única de la Cámara que son rápidos y te permiten hacerlo todo a la vez".
Por eso Puigserver pone el acento más allá de la burocracia y aconseja lo mismo que la gerente de la CAEB, Isabel Guitart: si va a montar un negocio empiece por el principio y analice bien el mercado, fije objetivos realistas para su empresa, detalle todas las fuentes de ingresos y asuma sin engañarse todos los gastos. "La burocracia es farragosa. Hay gente a la que no le importa echarle horas y horas a su proyecto pero cuando se topa con los problemas que le da según qué administración se desanima. Pero aparte de eso hay que tener los números claros, porque al día de empezar ya tienes un socio, la Administración, que empieza a cobrarse lo suyo antes siquiera de que factures. Quieren su parte de una tarta que aún no se ha cocinado", resume Isabel Guitart, que ve a diario los agobios económicos de quienes empiezan.
Porque a los 3.006 euros citados de capital mínimo para la sociedad limitada se suman rápidamente los que se lleva el Registro Mercantil: 13,94 euros por solicitar un certificado de denominación de la empresa y luego otros 250 euros por inscribirla (150 para el notario que firma la escritura de constitución y otros 100 para el propio Registro). Después hay que pasar por Hacienda, de donde el nuevo empresario sale sin pagar. Al menos por ahora: allí se solicita el alta en el censo fiscal, primer paso para empezar a apoquinar los impuestos que vendrán luego.
Pero eso es más adelante. Antes hay que soltar la pasta en la Seguridad Social: sea sociedad limitada o empresario autónomo, hay que darse de alta en el régimen de autónomos, el más utilizado en los negocios recién paridos. Y por ahí se van como mínimo otros 253 euros al mes desde el primer mes, se gane o se pierda dinero. La sangría del empresario aún en ciernes sigue en el Ayuntamiento, que para fundar un negocio hay que tener sede y hay que presentar un proyecto visado. "Depende del tamaño del local y del tipo de negocio, pero ese proyecto del ingeniero sale como mínimo por 600 euros, que incluyen los honorarios del ingeniero o de otros técnicos con los que tenga que trabajar", avisa Juan Miguel Puigserver.
Con todo, hasta aquí ya van 3.006 de capital mínimo, 263 de registro y notaría, 253 del primer mes de autónomo (si son más socios autónomos, más) y 600 euros del ingeniero y el proyecto: 4.128 eurazos (¡casi 700.000 de las extintas pesetas!). Y el negocio aún no ha abierto. Para eso faltan trámites. Y trámites son pagos. Y pagos son euros, claro, que el Ayuntamiento también quiere su parte en crudo del pastel que todavía se hornea.
Hay ayuntamientos voraces y otros de poco diente, pero el mejor ejemplo en el caso de Mallorca es sin duda el de Palma, que aglutina el 60% del PIB balear. Pues bien, Cort y sus necesidades de caja cobran de partida 227,46 euros a todo hijo de vecino que quiera abrir un negocio, cantidad que luego engorda según la superficie de la sede y el tipo de actividad. Para abrir un comercio o un bar en una calle céntrica con una superficie modesta de 100 metros hay que añadir 117 euros a los 227,46 iniciales. 345 euros de peaje municipal: con eso la suma para un negocio básico ya va por los 4.475 euros.
Y es un suma y sigue. Porque cualquier firma paga agua, residuos y luz. Y la factura hace pupa al recién llegado: antes de cobrarle al primer cliente, el vapuleado emprendedor ya sabe que tendrá que pagar, como mínimo 191,73 euros de residuos (que pueden ser hasta 4.281 euros según el negocio), un mínimo que se eleva a 426 euros si lo que se abre es algo tan típico como un bar o una heladería. Van ya casi 5.000 euros y aún no hay ni luz ni agua. Sume para ello otros 200 entre Emaya y Gesa, y reserve otros 150 para gastos impepinables como los libros de contabilidad y visitas e imprevistos varios. ¿Resultado? El nuevo empresario ya ha gastado más de 5.200 euros y aún no ha visto entrar ni uno en caja.
Pero la fuga de euros no ha acabado: solo se ha contado un mes de autónomo, porque si la empresa dura un año, el coste inicial básico se dispara hasta 8.000 euros. A partir de ahí cada negocio es un mundo. Unos hacen reformas en el local. Otros compran muebles y material de trabajo. Algunos se dan al márketing y la publicidad. Y hay quien tiene que lanzarse a comprar stock. Lo dicho: un mundo. Uno grande y caro.
Por eso en la CAEB insisten en la importancia de contar con todos los gastos antes de tropezar a las primeras de cambio. Y por eso Puigserver recalca que, mejor que una sociedad limitada, por mucha enjundia que dé al negocio, es nacer como autónomo: "En los primeros meses de negocio tienes que tener claro que no te vas a hacer rico. Así que salvo que tengas asegurado antes de empezar una facturación de 20.000 euros, los primeros meses van a ser de pérdidas y te compensa empezar de autónomo: te ahorras la escritura, el registro, el notario y los 3.000 euros de capital mínimo. Y es más rápido: en lo que dura esta conversación te doy de alta de autónomo", recalca este asesor, que sitúa el límite en el que compensa crear una sociedad limitada "a partir de los 17.000 euros de beneficio".
Es decir, como autónomo, sacar adelante el mismo negocio sale por unos 1.700 euros fijos, más lo que cuesten las reformas, muebles y demás peculiaridades de cada proyecto. ¿Compensa? Según los consultados, sí. Al menos para empezar. La diferencia es que un autónomo paga IRPF y una SL, Impuesto de Sociedades. Eso y que en caso de deudas, la sociedad responde solo con su capital, mientras que el autónomo expone todo su patrimonio. Por eso empresarios como Víctor Fernández e Iñaki Griego, de Landoq Technologies, piden aire para los que empiezan. "Es que acabas de abrir y ya tienes el buzón lleno de facturas", recalcan, mientras miran a países vecinos en los que se aplican exenciones fiscales de tres año para emprendedores, fuertes reducciones de cuotas de Seguridad Social o facilidades como teléfono gratuito en los inicios del negocio. "Todo eso en Españistán no existe", recalca Griego, tan ilusionado con el proyecto que han sacado adelante como asqueado con la falta de apoyo. Que será cierto aquello que decía Mao Tse-Tung de que "la felicidad verdadera es la que te ganas con tus manos", pero solo empezar a moverlas es carísimo. Pronto lo descubrirán Eva y Miguel. Por ahora saben que la ilusión no paga facturas, "aunque ayuda". "Y falta hace", remacha Miguel.